domingo, 25 de septiembre de 2011

"Aclaración Histórica de don Bartolomè Mitre; a quienes aun creen que la lucha contra España la enfrentaron solo argentinos”

    Batalla de Maipù

"Chile se quitó el pan de la boca en los difíciles momentos en que recrudecía la guerra en la región del Bìo-Bìo, para organizar la expedición libertadora del Perú. Sus soldados, naves y dinero se volcaron al mismo objetivo y fue Nuestro País, el que contribuyó con el mayor esfuerzo a ser posible esta magna obra americana y los jefes y oficiales trasandinos; que figuraron en las filas de esas fuerzas; entraron al servicio de Chile como lo hizo el propio San Martín, luego de su desobediencia en la llamada acta de Rancagua, en la que sus fuerzas lo reconocieron como su jefe, con independencia de Buenos Aires". (Bartolomé Mitre, Historia de San Martín).

La bandera de Chile cubrió la expedición y San Martín, con el título de capitán Gral. Del Ejército de Chile, mandó en jefe que las fuerzas se organizaran en el territorio nacional. el ejercito fue formado en su mayoría por chilenos. Su composición puede desprenderse de lo dicho por el general Bartolomé Mitre en el Tomo III de la "Historia de Belgrano", Pág. 159; cuando al hablar de la anarquia, expresa:

"Sería empero muy pobre criterio histórico aquel que atribuyera el resultado definitivo de la guerra social, en que las provincias argentinas estaban empeñadas entonces, a la ausencia de 2000 argentinos (gran parte de ellos chilenos que vestían su uniforme) que con San Martín liberaron el bajo Perú en unión con unos 2000 chilenos". De la cita del eminente biógrafo del Gral. San Martín, puede deducirse la composición de las tropas que partieron a la gran hazaña de dar libertad al Perú.

Los batallones 2, 4 y 5 de gran figuración en la campaña libertadora, pertenecían al Ejército de Chile, al paso que el 7, 8 y 11 eran del Ejército de los Andes, pero en estas unidades más de la mitad de los soldados eran Chilenos que vestían el uniforme de los Andes.


Según la lista de revistas y el estado de fuerzas del 15 de julio de 1820, el ejercito contaba con 296 oficiales, de los cuales el 40% eran trasandinos y 4118 soldados de los cuales 642 eran de las provincias unidas de la Plata.
Durante el desarrollo de la campaña, San Martín desarticuló muchas de las unidades del Ejército de Chile y repartió sus soldados en las unidades del Ejército de lo Andes y del Perú, con lo cual mermó la eficiencia de las tropas Chilenas, pero en cambio hizo que sus soldados estuvieran presentes en todas las batallas que se libraron mas tarde incluidas las de Junín y Ayacucho, pues muchos de los soldados que militaban en el Húsares de Junín eran Chilenos.


La expulsiòn del Perù se disfrazò por el gobierno de O'Higgins enviàndose a un grupo de oficiales para que le trajeran a nuestro paìs por peticiòn expresa del Mandatario. 
Ojala estos parrafos sean leìdos por los antipatriotas que aùn creen que la liberaciòn de Chile y Perù fue realizada por oficiales y soldados argentinos. Mucho se le debiò en ese perìodo de la Historia al Ministro don José Ignacio Zenteno.  


Chile entregó a San Martín esfuerzo y Gloria y recibió en cambio su indiferencia y olvido. Simplemente Chile era el puente para poder lograr su mayor empresa; La "LIBERACIÔN DEL PERÙ", donde se autoproclama  PROTECTOR de dicha naciòn. Se le acusò de muchos robos; entre ellos el PORTAESTANDARTE DEL CONQUISTADOR CORTÊZ (Diario de su residencia en Chile; de Marìa Graham).

viernes, 9 de septiembre de 2011

PASAJES DEL "DIARIO DEL BRIGADIER GENERAL DON JOSE MIGUEL CARRERA VERDUGO

En 29 de Julio de 1811.
Llegué a Valparaíso en el navío de S.M.B. el Estandarte a las órdenes del comandante don Carlos Helphistoni Fleming. Desembarque a las oraciones de aquel día y me presente al Gobernador don Juan Mackenna, quien me recibió con toda urbanidad y cariño. Me llamó a su cuarto a dormir y sigilosamente me pregunto por el Estado de España y por el motivo que ocasionaba la venida de un Navío de Guerra Ingles. Le pinté el Estado de la Nación en el lamentable en que se vio en aquella época, y le persuadí de la confianza que debía tener el honorable Fleming que solo venia a Lima por caudales. Le manifesté al mismo tiempo que el teniente del resguardo don Juan Prieto nos había pintado a Chile en una completa anarquía, inclinándome a creer que mi padre defendía la causa del Rey, por lo que estaba expuesto a los insultos de los revolucionarios. Me aseguró todo lo contrario, comprobándolo con los destinos que ocupaban mis dos hermanos en las tropas veteranas. Don Juan José Sargento Mayor de Granaderos y Don Luis Capitán de la brigada de Artillería de Santiago.
En seguida le impuse a un español Aguirre que acompañaba a Fleming, de un choque ruidoso - que había tenido a bordo conmigo, y de lo perjudicial- seria en tierra él, y el Oidor Caspe, que lo fue en Buenos Aires y venia destinado a Chile.
A las 12 de aquella noche partía para Santiago y llegue a las 11 de la noche del día siguiente en compañía de don Ramón Errázuriz, con quien vine en el mismo buque desde Cádiz. Aquella noche, después de los primeros agasajos de mi familia me retire a dormir en compañía de mi hermano Juan José, quien de algún modo me impuso la situación de mi país. Me dijo que llegaba en los momentos de una revolución que se ejecutaría a las 10 de la mañana del día 28. Era dirigida a quitar a algunos individuos del congreso, al Comandante de Artillería Reina y no me acuerdo que otra cosa más. Los que dirigían la obra eran Rozas, Larraines unidos a Álvarez Jont Me pareció que la obra encerraba mucha ambición y proyectos perjudiciales a la causa, y a mis hermanos que eran ejecutores.
Le supliqué que retardase aquel paso hasta mi vuela de Valparaíso, adonde tenía precisión de volver para que Fleming viniese a conocer la capital. Me ofreció a hacerlo así y lo cumplió a pesar que en la mañana se presentaron muchos de los convidados al efecto. Bien conocido el Congreso el paso que se fraguaba y el presidente don Manuel Cotapos, mandó seguir un sumario para la averiguación de los cómplices. Verifiqué mi viaje a Valparaíso a los 3 días, y a pesar de que llevé carruajes, y todo lo necesario para que Fleming hiciere un camino cómodo, no quiso ir a causa de las sugestiones de Aguirre que le persuadió no debía recibir los obsequios de un pueblo que no reconocía a Fernando y su regencia.
En el concepto de aquel maldito Godo no había reconocimiento por que se había castigado justamente al traidor Figueroa, hombre desconocido que en sus desgracias, cuando lo perseguían de la corte por sus crímenes y necesito del traje de padre barbòn para escapar , no tuvo otro asilo que Chile; mereció de todos sus habitantes la compasión y toda la hospitalidad, y después de innumerables beneficios, le había agraciado el nuevo gobierno con la comandancia del Batallón de Infantería de Concepción, fue ignorancia del Gobierno poner en manos tan poco seguras la principal fuerza que entonces tenia Chile, pero mayor fue su barbaridad, cuando se determino a derramar la sangre de los mejores vecinos de Santiago, no por su Rey y sí por su engrandecimiento: el se creyó Presidente si lograba el Golpe. Poco fue el castigo que recibió.
Fleming me aconsejaba que fuese con el a Lima, que no me comprometiera, ni tomase la menor parte en la revolución. Yo le contestaba del modo más prudente que podía, quería conservar la amistad de un hombre a quien tenía inclinación y debía favores, sin embargo nada le prometí que perjudicase mi honor y patriotismo. Siguió su viaje a Lima, y quedó en que a su vuelta iría a Santiago, y que había de resolverme a volverme a España; de todo era sabedor Juan Mackenna con el que había entablado una amistad bastante intimada...

domingo, 4 de septiembre de 2011

UN DIA COMO HOY: Asesinato del Gral. Don Josè Miguel Carrera, verdadero PADRE DE LA PATRIA

"Los últimos momentos de Carrera", por el pintor chileno Juan Francisco González.

Sòtano de Mendoza, Septiembre 4 de 1821. 9 de la mañana.
Mi adorada pero mui desgraciada Mercedes: un accidente inesperado i un conjunto de desgraciadas circunstancias, me ha traido a esta situaciòn triste. Ten resignacion para escuchar que morirè hoi a las 11. Sì, mi querida, morirè con el solo pesar de dejarte abandonada con nuestros tiernos cinco hijos,en paìs extraño, sin amigos, sin relaciones, sin recursos. --¡Màs puede la Providencia que los hombres!... No sè porque causa se me aparece como un ànjel tutelar el oficial Diego Olazabal, con la noticia de que somos indultados, i vamos a salir en libertad con mi buen amigo Benavente i el viejecito Alvarez que nos acompaña...
Miro con indeferencia la muerte; solo la idea de separarme para siempre de mi adorada Mercedes i tiernos hijos despedaza mi corazòn. Adios, adios.

Estas fueron las ùltimas palabras escritas por nuestro querido General, aunque denotan la tristeza de no haber logrado llegar a Chile para expulzar al tirano pueblo invasor, obteniendo la victoria definita y sellado la independencia de nuestra Patria. Hasta el final demostrò entereza y valor al enfrentar al bàrbaro pueblo de Mendoza, quienes buscaban humillarle en su hora màs oscura.
Muriò sosteniendo sus ideales y el tierno amor que demostrò por su QUERIDO CHILE...

QUE VIVA LA PATRIA!!!! Y QUE VIVAN LOS CARRERA!!!

Placa Conmemorativa del Fusilamiento de los Hermanos Carrera ubicadaen la Plaza Pedro del Castillo en la Ciudad de Mendoza, Argentina (Nótese que el apellido está escrito como “Carreras” y no “Carrera”).